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  UN LUGAR DE ESPERANZA
  DIALOGOS CON DIOS
 

 Dialogos con Dios Acerca de...

 
 

 

Dialogo con Dios acerca de la Muerte

Dialogo con Dios acerca de Nuestro Futuro
 
Un dialogo con Dios acerca del Infierno
 
Un Dialogo con Dios Acerca del Dia de Reposo
 
Un dialogo con Dios acerca de el Fin del Mundo
 




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01

 


1
UN DIALOGO CON DIOS ACERCA DE

LA VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE

 

Dime, Señor, ¿cómo puedo saber qué les sucederá a mis seres queridos que hayan muerto? ¿Dónde puedo encon­trar la verdad acerca de la muerte?

“Así dice Jehová... Preguntadme de las cosas por ve­nir, mandadme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos”. Isaías 45:11.

Dime entonces, Señor, si la gente muere de veras, o si la muerte es tan sólo un cambio de nuestra vida material a algún otro plano de existencia.

“Está establecido para los hombres que mueran una sola vez” Hebreos 9:27.

¿Es la muerte el fin de los que mueren, o volverán de nuevo a vivir?

“Los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán... No os maravilléis de esto; porque ven­drá hora cuando todos los que están en los sepulcros oi­rán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resu­rrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resu­rrección de condenación”. S. Juan 5:25-29.

Señor, sabemos el momento en que nuestros amados mue­ren, pero ¿cuándo volverán a vivir? ¿Cuándo oirán la voz de Jesús y saldrán de sus tumbas?

“Así el hombre yace y vuelve a levantarse; hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de su sueño”. Job 14:12

¿Cuándo dejarán los cielos de existir?

“El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grandes estruendos y los elementos ardiendo serán desechos”. 2 Pedro 3:10

Entonces, cuando venga el día del Señor. ¿Volverán a vi­vir los muertos?

“El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muer­tas en Cristo resucitarán primero”. 1Tesalonicenses 4:16.

 

Es consolador saber que se levantarán de nuevo. ¿Pero dónde permanecen desde el momento de la muerte hasta lo venida de Cristo?

“Si yo espero, el Seol es mi casa”. Job 17:13. “Todos los que están en los sepulcros oirán su voz”. S. Juan 5:28.

“La muerte y el Hades (mundo de los muertos, sepulcro) entregaron los muertos que había en ellos”. Apocalipsis: 20:15

Sé que el cuerpo baja al sepulcro, ¿pero qué le sucede al espíritu? ¿Adónde se va?

“Y el vuelva a la tierra, como era. y el espíritu vuelva a Dios que lo dio”. Eclesiastés 12:7.

Sí, he oído que hay cierta porción inmaterial del hombre que se va al cielo en el momento de la muerte. Esos espíritus deben ser muy felices. Me imagino que te ala­ban día y noche, ¿no es así?

“No alabarán los muertos a Jah (Dios), ni cuántos descienden al silencio”. Salmo 115:17. “En la muerte no hay memoria de ti; en el Seol (mundo de los muertos, sepulcro), ¿quién te alabará? Salmo 6:5

Entonces, Señor, si los espíritus de los muertos no te pueden alabar, entonces no han de poseer ninguna inteligencia ni ­poder de pensar, ya que todos en el cielo te alabarán. ¿No son capaces de amar los espíritus de los justos, o los espíritus de los malvados capaces de odiar, des­pués de la muerte?

“Su amor y su odio y su envidia fenecieron ya”. Eclesiastés 9:6.

¿Pero no posee el hombre una existencia consciente inmaterial — una especie de “yo”

inteligente que sigue viviendo después de la muerte hasta la resurrección?

“Los que viven saben que han de morir, pero los muer­tos nada saben”. Eclesiastés 9:5.

¿No pueden los muertos pensar, ni siquiera un poquito?

“Pues sale su aliento y vuelve a la tierra; en ese mismo perecen sus pensamientos”. Salmo 146:4.

Alguien me aseguró que los espíritus de los muertos pueden ver lo que sus hijos y parientes están haciendo, y que has­ta pueden comunicarse con ellos. Si los muertos no saben nada, ¿cómo pueden entonces saber lo que los vivos ha­cen?

“Sus hijos tendrán honores pero él no lo sabrá; o serán humillados, y no entenderá de ello”. Job 14:21

Entonces, ¿qué espíritu es el que se vuelve a Dios en el momento de morir?

“Les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados”. Salmo 104:29, 30 (Nota: La palabra “espíritu” se ha traducido del término original que significa literalmente “viento” o “soplo”, y que cuando se aplica al hombre significa el aliento de vida

que hace de un cuerpo perfecto un alma viviente. (Véase Génesis 2:7). Este “espíritu” o “aliento de vida” en el hombre no debiera confundirse con los ángeles buenos y malos, a los cuales se llama “espíritus”, ni con el “Espíritu Santo”, la tercera persona de la Divinidad)

Entonces, alguien debe haberme dicho una mentira al afirmar que los muertos se aparecen como espíritus ante los vivos. ¿Es cierto eso?

“Así ha dicho Jehová el Señor: ¡ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto! ... Vieron vanidad y adivinación mentirosa.

Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no os envió”. Ezequiel 13:3, 6.

¿Quiénes son los espíritus que aparecen en cuartos oscurecidos e imitan a los muertos?

“Son espíritus de demonios, que hacen señales”. Apocalipsis: 16:14.

¿Es el diablo entonces el responsable de esas mentiras del espiritismo?

“Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”. S. Juan 8:44.

¿Cuál fue su primera mentira?

“Entonces la serpiente (el diablo) dijo a la mujer (Eva): No moriréis”. Génesis 3:4.

¿Qué debo hacer cuando los espíritus de los demonios se aparezcan representando a los muertos?

“Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ... ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido . Isaías 8:19, 20.

Sí. Señor, creo lo que tú dices: pero explícame lo que se refiere al alma. ¿Qué es el alma?

“Porque todo el que quiera salvar su vida (alma), la perderá;  y todo el que pierda su vida (alma) por causa de mí, la hallará”. S. Mateo 16:25. “Y los hijos de José, que le nacieron en Egipto, fueron dos almas. Todas las almas (personas, véase Deuteronomio 10:22) de la casa de Jacob, que vinieron a Egipto, fueron setenta”. Génesis 46:27, VM.

¿Puede morir el alma?

“El alma que pecare, esa morirá”. Ezequiel 18:4. “Y toda alma viviente, de los que había en el mar, murió”. Apocalipsis 16:3. VM. “Temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el

cuerpo en el infierno”. S. Mateo 10:28. “¡Empero Dios redimirá mi alma del poder de la sepultura...! Salmo 49:15, VM. (Nota: La palabra “alma”ha sido traducida de la expresión original que significa “vida”, “persona”, “aliento”, “emociones” o “mente”, un total de unas mil veces, y en ninguna de estas numerosas ocasiones se la describe como inmortal o que no esté sujeta a la muerte).

Entonces, Señor, ¿por qué hay tantos poemas, cantos y escritos de filósofos que hablan del “alma inmortal? ¿No es inmortal acaso el hombre?

“La cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad”. 1 Timoteo 6:15, 16.

Señor, si tú eres el único que tiene inmortalidad, entonces el hombre debe ser mortal. ¿Es correcto decir esto?

“Acaso el mortal será más justo que Dios?”. Job 4:17, VM.

¿Cómo puede, entonces, el hombre adquirir inmortalidad?

“Jesucristo.., sacó a la luz la vida y la inmortalidad por el Evangelio”. 2 Timoteo 1:10. “La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Romanos 6:23.
Pero Señor, ahora estoy confundido. He aceptado a Jesús cristo como mi Salvador, ­ y por lo tanto poseo la vida eterna. ¿ No significa eso que también soy inmortal?

“El que come mi carne bebe mi sangre, tiene vida eter­na, y yo le resucitaré en el día postrero”. S. Juan 6:54

Si, Señor, pero tú también nos has dicho en S. Juan 3:16 que “Todo aquel que en él cree ... tenga vida eterna . Yo creo en Cristo; ¿no soy por eso inmortal?

“Todo aquel que ve al Hijo, y cree en él tenga vida eterna, y yo le resucitaré en el día postrero”. S. Juan 6:40.

Creo que entiendo. ¿Quieres decir que la vida eterna es nuestra por fe ahora, y que llegaremos a ser inmortales al resucitar en el día postrero?

“Todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”. 1 Corintios 15:51-54.

¿Qué sucedería si no hubiera resurrección?

“Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron perecieron”. Corintios 15:16-18.

“Permíteme asegurarme de que te he comprendido correctamente, Señor: Cuando el hombre muere, tú le retiras el espíritu de vida, el cuerpo se convierte de nuevo en polvo, y los pensamientos cesan. El alma deja de existir. Luego, desde el momento de la muerte hasta la venida de Jesús, los muertos están inconscientes. Cuando venga Cris­to, el espíritu volverá al cuerpo resucitado y glorificado, y los muertos vivirán de nuevo. ¿Estoy en lo cierto?

“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cris­to todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida”. 1 Corintios 15:22,23.

¿Entonces la muerte debe ser algo así como quedarse dor­mido y despertar en la resurrección?

“Les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle.. Pero Jesús decía esto de la muer­te de Lázaro”. S. Juan 11:11-14. “Y apedreaban a Este­ban .., y .. durmió”. Hechos 7:50, 60. “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados”. Daniel 12:2.

Señor, me provoca sentimientos extraños el pensar en que los muertos están en sus tumbas sin saber nada. ¿No hay riesgo de que algunos de ellos sean olvidados en la resurrección y se  pierdan?

“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió; Que todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”. S. Juan 6:39. “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces voso­tros también seréis manifestados con él en gloria”. Colo­senses 3:3, 4.

Gracias, Señor, por ese pensamiento reconfortante. Enton­ces, según tu Palabra, los malvados no están sufriendo nin­gún castigo ahora mismo, ¿verdad?

“Sabe el Señor.., reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio”. 2 S. Pedro 2:9. “Allí (en el se­pulcro) los impíos dejan de perturbar, y allí descansan los de agotadas fuerzas”. Job 3:17.

Si los malvados no están sufriendo castigo ahora, enton­ces tampoco los justos están en el cielo, ¿no es así?

“David no subió a los cielos”. Hechos 2:34.

¿Qué les sucedió a los otros justos? ¿Ha recibido algu­no de ellos la inmortalidad que se les prometió?

“Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio me­diante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”. Hebreos 11 :39, 40.

¡Qué maravilloso es pensar que Dios, nuestro Padre, nos hace perfectos y nos llevará al cielo junto con todos los demás salvados! ¡Qué maravilloso será volver al hogar! ¿Pero cuándo recibiremos nuestra recompensa?

“Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”. S. Mateo 16:27. “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:12.

¿Estaba el apóstol  San Pablo de acuerdo con esto? ¿Es­peraba él también recibir su corona cuando viniera el Señor?

“El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia la cual me dará el Señor, juez Justo, en aquel día, y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. 2 Timoteo 4:6-8. “Si en alguna manera llegase a la resu­rrección de entre los muertos”. Filipenses 3: 11.

¡Gracias, Señor! Estas verdades son de gran consuelo para mí. Pero permíteme hacerte una pregunta más: ¿después de la resurrección, ¿seguirá existiendo la muerte para los hijos de Dios?

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Apocalipsis 21:4.

Señor, quiero estar contigo allí! He decidido que por tu gracia dejaré de lado toda noción falsa y pensamiento malvado, y te seguiré solamente a ti, aunque esto signifique abandonar amigos, parientes, o antiguos maestros bien in­tencionados.

“Serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos”. S. Lucas 14:14.

 

02

 


2
UN DIALOGO CON DIOS  ACERCA DE NUESTRO FUTURO

 

Señor, estoy preocupado y temeroso con el futuro. ¿Qué ha de sucedernos? ¿Qué sucederá con mis inversiones? ¿Qué pasará en la próxima guerra? También le temo a la muerte.

“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed tam­bién en mí”. S. Juan 14:1.

Sí, creo en Dios, ¿pero cómo puede eso ayudarme?

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Proverbios 3:5,6.

Señor, ¿sabes tú todo lo que se refiere al futuro? ¿Estás verdaderamente interesado en mí?

“Hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al Rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días”. Daniel 2:28. Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta”. Hebreos 4: 13. “Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues”. Lucas 12:7.

Dime entonces si el futuro me reserva felicidad. ¿Vale la pena vivir?

“Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”. 1 S. Juan 1:4. “Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: pero confiad, yo he vencido al mundo”. S. Juan 18:33.

¿Qué cosas Señor? ¿Qué es lo que nos traerá gozo y paz tanto a mi como a mi familia?

“El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño; apártense del mal, y haga el bien; busque la paz y sígala”. 2 5. Pedro 3: l0, 11.

 

¿Quieres decir que nuestra felicidad futura depende de nuestra conducta? Había oído que eL futuro está determi­nado por la suerte y que está regulado por las estrellas y que nada que hagamos lo podrá cambiar.

“Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; más el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. No nos cansemos, pues, de ha­cer bien; porque n su tiempo segaremos, si no desmaya­mos”. Gálatas 16:7-9. “Decid al justo que le irá bien, por­que comerá del fruto de sus manos. ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pa­gado”. Isaías 3: 10, 11.

No veo que los que sirven a Dios tengan muchas recom­pensas. Hasta parecen sufrir más que otros. ¿Cuál es su esperanza?

“Pero le será recompensado en la resurrección de los jus­tos”. S. Lucas 14:14. “Para una herencia incorruptible, in­contaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, qué sois guardados por el poder de Dios me­diante la fe, para alcanzar la salvación que está prepara­da para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiem­po, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas”. 1 S. Pedro 1:4-6.

Pero también tenemos que preocuparnos de vivir en este mundo, mientras llega esa herencia. No es que lo quiera todo; solo un nivel razonable de vida y cierta seguridad económica y social para mi familia.

“No nos afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?... Nuestro Padre celestial sa­be que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. S. Mateo 6:31-33. “Gracia y glo­ria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad”. Salmo 84:11.

¿Quieres decir que podemos ser felices en este mundo y obtener además la vida eterna?

“Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos”. “Bienaventurado serás, y te irá bien”. Salmo 128:1,2. “Recibirá cien  veces más y heredará la vida eterna”. S. Mateo 19:29.

¿Qué, inversión sabia podría hacer un cristiano que desea su seguridad futura?

“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí también estará vuestro co­razón”. S. Mateo 6:19-21.

¿Cuál será el futuro de mi país?

“La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es la afrenta de las naciones”. Proverbios 14:34.

Las cosas no se ven muy bien. ¿Mejorarán o empeorarán la moral y la honradez del mundo?

“Más los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados”. 2 Timoteo 3:13.

Pero, Señor, al parecer los malvados prosperan y lo pa­san muy bien en esta vida.

“No te entremetas con los malignos, ni tengas envidia de los impíos; porque para el malo no habrá buen fin”. Pro­verbios 24:19,20. “Aunque el pecador haga mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé que les irá bien a los que a Dios temen... y que no le irá bien al impío”.. Eclesiastés 8:12, 13.

¿Qué les reserva el futuro a los malvados?

“Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad”. Isaías 13:11. “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida”. 2 Tesalonicenses 2:8.

¿Cuándo sucederá esto? ¿Están siendo castigados los mal­vados ahora mismo por sus pecados?

“Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos. y re­servar a los injustos para ser castigados en el día del jui­cio”. 2 S. Pedro 2:9.

El juicio sucede al fin del mundo. ¿Será entonces cuando recibirán su castigo?

“De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será y el fin de este siglo. Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniqui­dad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplan­decerán como el sol en el reino de su Padre”. S. Mateo 13:40-43. (Véase también el folleto titulado “Un diálogo con Dios acerca del fin del mundo”).

Por cierto que deseo pertenecer a los justos. ¿Cómo pue­de uno evitar la suerte de los malvados?

“Para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. S. Juan 3:16.

¿Puede una persona que no haya sido salva escaparse del fuego destructor?

“He aquí que serán como tamo, fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama”. Isaías 47:14.

¿Será verdadero el fuego, o se trata de lenguaje figurado?

“Y los pueblos serán como cal quemada, como espinos cortados serán quemados con fuego... Y sus arroyos se convertirán en brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente”. Isaías 33:12: 34:9.

¿Arderá todo el mundo en  el fuego estará confinado a un lugar reducido?

“Pero el día del Señor vendrá como ladr6n en la noche; en el cual los ciclos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay y serán quemadas”. 2 S. Pedro 3:10.

¿Por cuánto tiempo estarán los malvados recibiendo su castigo de fuego?

“Porque la paga del pecado es muerte”. Romanos 6:23, “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán es­topa; aquel día que, vendrá los atrasará,. ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará raíz ni rama”. Malaquías 41. El fin de los malvados será la “muerte”, de ningún modo sufrirán tormentos eternos en el infierno. La expre­sión bíblica “para siempre”. denota la naturaleza, perma­nente de su destrucción, pero no implica que el proceso de destruirlos vaya a durar para siempre. No hay manos humanas que puedan apagar el fuego “eterno”, pero cuan­do el pecado y los pecadores hayan sido consumidos, el fuego se apagará por sí mismo.

¿Qué quedará, una vez que los malvados sean destruidos?

“Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos”. Malaquías 4:3. “Mas los impíos perecerán, y los enemigos de Jehová cómo la grasa de los carneros serán consumidos, se disiparán como el humo”. “Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y no estará allí”. Salmo 37:20, 10.

¿Qué sucederá con los elementos que componen este mun­do, además del humo y las cenizas, etc.? ¿Dejarán de existir?

“Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nue­vos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia”. 2 S. Pedro 3:13.

¿Vivirán los redimidos en la nueva tierra?

“Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tie­rra, y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá el pensamiento. Más os gozaréis y os alegraréis para siem­pre en las cosas que yo he creado, porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo… Edifica­rán casas, y morarán en ellas, plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma, porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos”. Isaías 65:17-22.

¿Cómo será el aspecto de los redimidos?

Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oí­dos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará co­mo un ciervo, y cantará la lengua del mudo”. Isaías 35:5,6.

¡Es maravilloso pensar que nunca se enfermarán ni mo­rirán! ¿Sentirán cansancio alguna vez?

“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas, correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”. Isaías 40:31.

¿Se sentirán alguna vez tristes o solitarios?

“Y los redimidos de Jehová volverán. y vendrán a Sion con alegría y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido”. Isaías 35:10. -

¿Qué sucederá con sus hijos? ¿Estarán ellos también allí?

“Dejad a los niños venir a mi, y no se lo impidáis; por­que de los tales es el reino de los cielos”. S. Mateo 19:14. “No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos, de Jehová y sus des­cendientes con ellos”. Isaías 65:23.

¿Reconoceremos allí a nuestros amigos y parientes?

“Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces ve­remos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero enton­ces conoceré como fui conocido”. 1 Corintios 13:12.

¿Habrá animales también allí?

“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el ca­brito se acostará; el becerro y el león y la bestia domés­tica andarán juntos, y un niño los pastoreará... El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá pa­ja como el buey; y el polvo será el alimento de la ser­piente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo mon­te, dijo Jehová”. Isaías 11:6. 7; 65:25.

¿Habrá también árboles y flores?

“Cambiará SU desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto: En lugar de la zarza crecerá ciprés. y en lugar de la ortiga crecerá arrayán”. Isaías 51:3; 55:13.

¿Cuán maravilloso irá a ser ese lugar! ¿Qué más atraerá y encantará a tus hijos en la vida futura?

“Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en co­razón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Corintios 2:9.

¡Gracias, Señor! ¡Eres un Dios maravilloso! ¿Nos será permitido allí verte y estar contigo?

“Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y El morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”. Apocalipsis 21:3,4.

¿De qué manera seremos librados de dolor, enfermedad y muerte?

“Después me mostró un río limpio de agua de vida, res­plandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”. Apocalipsis 22:1, 2.

¿Cuándo sucederá todo esto? ¿Puedo ir allá ahora mismo?

“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lu­gar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. S. Juan 14:2,3.

 

 

Esta venida tuya, ¿será un acontecimiento espiritual en el momento de la conversión o de la muerte, o se refiere a su segunda venida en gloria?

“Cuando el hijo del Hombre venga en a su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las na­ciones: y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha. y los cabritos a su izquierda. Entonces el rey dirá a los de su derecha: venid, benditos de mi Padre, he­redad el reino preparado para vosotros desde la funda­ción del mundo”. S. Mateo 25:31-34.

¿Es cierto que todas estas maravillosas experiencias po­drán ser mías en el futuro? ¿De veras podré participar de ellas?

“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están ins­critos en el libro de la vida del Cordero”. Apocalipsis 21:27.

Si es así, entonces me decido a no permitir que nada me separe de ti, Señor. Te ruego que limpies mi corazón de pecado y que escribas mi nombre en tu libro de vida.

“Bien, buen siervo y fiel entra en el gozo de tu Señor”. S. Mateo 25:23.

 

03

 


3
UN DIALOGO CON DIOS ACERCA DEL INFIERNO

LA CAUSA DE LA DESTRUCCION DE LOS IMPIOS

 

-¿Qué pregunta formula el apóstol Pedro acerca de los impíos?

“¿Cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?’’ (1 S.Pedro 4:17).

-¿Cuál es la paga del pecado, según la Biblia?. ¿Cuál es la suerte de los que persisten en pecar?.

“Porque la paga del pecado es muerte’’ (Romanos 6:23). “El alma que pecare, esa morirá’’ (Ezequiel 18:4)

DESTRUCCION COMPLETA

-¿Cúal  será la naturaleza de esa muerte?.

‘’Los cuales pagarán la pena de eterna destrucción’’ (2 Tesalonicenses 1:9)

-¿Qué sobrevendrá a los que no se arrepienten?

“Si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente’’ (S. Lucas 13:3). ‘’Mas aquéllos, como bestias irracionales, nacidas de propósito para se cogidas y destruidas, dicen injurias contra lo que no entienden, y perecerán del todo en su misma corrupción’’ (S. Mateo 3:11,12).

-¿Para quiénes fue preparado originalmente ese fuego?

“Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles’’ (S. Mateo 25:41).

Nota: Se dice que este fuego es “eterno’’, (griego: aionion, “duradero, eterno’’)    debido a la naturaleza de su acción, llamado también “inextinguible’’ (griego: asbestos) porque no puede ser apagado. Eso significa que no se apague al consumar su obra. El fuego “eterno’’, redujo a Sodoma y Gomorra a cenizas (Judas 9) (2 S. Pedro 2:6) y sin embargo, se extinguió al completar la destrucción de ambas ciudades.

-¿Subsistirá alguna porción de los impíos?

“Porque he aquí viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama’’ (Malaquías 4:11).

-¿Cuán completamente será destruido el hombre en el infierno?.

“Temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno’’ (S. Mateo 10:28).

Nota: Este pasaje de la Escritura prueba que el alma no es inmortal ni indestructible.

El castigo – “destrucción’’- eterno de los impíos es esta destrucción del alma y el cuerpo en el infierno (griego: Geenna [Gehennal]).

“Infierno’’ en el Nuevo Testamento (N.T) viene de tres palabras griegas:

Hades, 10 veces (S. Mateo 11:23; 16:18), (S. Lucas 10:15; 16:23), (Hechos 2:7,31), (Apocalipsis 1:19; 6:8; 20:13,14). Hades se traduce también, una vez, como “sepulcro’’ (1 Corintios 15:55).

Geenna [Gehenna], 12 veces (S. Mateo 5:22, 29, 30; 10:28; 18:9; 23:15, 33), (S. Marcos 9:43, 45, 47), (S. Lucas 12:5), (Santiago 3:6).

Tartaroo, 1 vez, la única que aparece en la Biblia (2 S. Pedro 2:4)

Hades (el mundo inferior, lugar de los muertos, el sepulcro) es el equivalente de she’ol.

Tartaroo, que describe la caída de los ángeles rebeldes de Satanás, es un verbo que significa “lanzar al Tártaro’’. Esta es una notable metáfora que alude al tártaro de ka mitología griega un abismo más profundo que el Hades, la prisión de kis titanes que luchaban contra los dioses.

Gehenna, la única otra palabra que se traduce “infierno’’, deriva del hebreo ge’hinnom, valle de Hinom. Se usa como símbolo de los fuegos del gran día del juicio final. Esta es la palabra empleada en S. Mateo 10:28 para describir el lugar donde los malos serán destruidos – cuerpo y alma.

DONDE, CUANDO Y COMO

En Edicion

04

 

 


4
Un diálogo con Dios acerca del día de reposo

¿Sábado o domingo? Permita que Dios responda a su corazón

 


Dime, Señor, ¿tienes tú un día especial de descanso para tus seguidores?

El séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna” (Éxodo 20:10).

¿Cuál es el séptimo día, Señor?

El séptimo día, que es sábado, nada se hallará” (Exodo 16:26).

¿El sábado? ¿Qué día de la semana es, entonces, el domingo?

“Habiendo, pues, resucitado Jesús por la mañana, el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena” (Marcos 16:9).

Nota: Es un hecho comprobado que Jesús resucitó un domingo. El pasaje indica que éste es el primer día de la semana y no el séptimo.

Pero el apóstol Juan menciona el “día del Señor” en el Apocalipsis. ¿No se está refiriendo allí al domingo?

“El Hijo del hombre es Señor del sábado” (Mateo 12:8).

¿Acaso no aboliste tú la ley que contenía el mandamiento del sábado?

“No penséis que he venido a abolir la Ley o los Profetas; no he venido a abolir, sino a cumplir” (Mateo 5:17).

¿Pero no cambiaste tú uno de los mandamientos de la Ley, de manera que hoy tus seguidores podamos guardar otro día?

“Porque de cierto os digo que antes que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Ley” (Mateo 5:18).

¿No es el sábado el día de reposo de los judíos?

“El sábado fue hecho por causa del hombre” (Marcos 2:27 - Véase Génesis 2:1-3).

“A los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden el sábado para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo los recrearé en mi casa de oración... porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56:6,7).

Muchos dicen que la Ley fue clavada en la cruz por Cristo y que después de ese momento tus seguidores no continuaron guardando el sábado. ¿Es eso cierto?

“Bajándolo de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie. Era día de la preparación y estaba para comenzar el sábado. Las mujeres que lo habían acompañado desde Galilea lo siguieron y vieron el sepulcro y cómo fue puesto su cuerpo. Al regresar, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el sábado, conforme al mandamiento” (Lucas 23:53-56).

Sin embargo, el apóstol Pablo enseñó que ya no debemos hacer diferencia entre día y día. No creo que él se congregara el sábado.

“Pasando por Anfípolis y Apolonia llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres sábados discutió con ellos” (Hechos 17:1,2).

Pablo afirmó que él no estaba sujeto a la Ley y que sólo se hacía judío para poder ganar a los judíos. Tal vez él se congregaba con los judíos en sábado y con los gentiles en domingo. ¿Cuál es la verdad, Señor?

“Habiendo zarpado de Pafos, Pablo y sus compañeros... pasando de Perge, llegaron a Antioquía de Pisidia; y entraron en la sinagoga un sábado y se sentaron... Cuando salieron ellos de la sinagoga de los judíos, los gentiles les rogaron que el siguiente sábado les hablaran de estas cosas... El siguiente sábado se juntó casi toda la ciudad para oír la palabra de Dios” (Hechos 13:13,14,42-44).

Nota: Aquí se ve claramente que Pablo acostumbraba encontrarse con los gentiles en sábado. Si el domingo hubiera sido en ese entonces el nuevo día de reposo, Pablo podría haber invitado a los gentiles a escuchar la Palabra de Dios al día siguiente (domingo) y no haber esperado siete días. Véase también Hechos 16:11-14.

Señor, si esto es así, ¿por qué Pablo se contradice al decir a los gentiles colosenses que nadie los debía juzgar por asuntos de comida o de bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados?

Él estaba haciendo alusión al siguiente pasaje Bíblico: “Estos estaban bajo las órdenes de los hijos de Aarón para el servicio de la casa de Jehová [el Santuario judío]... Asimismo tenían a su cargo los panes de la proposición, la flor de harina para el sacrificio, las hojuelas sin levadura, las ofrendas preparadas en sartén y las cocidas, y todos los pesos y medidas [comidas y bebidas]… También tenían que ofrecer todos  los  holocaustos  a  Jehová  los  sábados,  lunas nuevas y fiestas solemnes, continuamente delante de Jehová” (1 Crónicas 23:28-31).

Nota: Es evidente que Pablo sólo se estaba refiriendo a las comidas, bebidas, fiestas y sábados que estaban relacionados con el culto del antiguo santuario judío. La palabra sábado era usada en la antigüedad como sinónimo de “día feriado”. Un “sábado” podía caer en domingo, jueves, lunes o cualquier otro día de la semana, de la misma manera que sucede hoy con los días festivos. Los “sábados” aquí referidos son, entre otros, el día 1 del séptimo mes (Levítico 23:24), el día 10 del séptimo mes llamado “día de expiación” (Levítico 16.29-31; 23:27-32) y los días 15 y 22 del séptimo mes (Levítico 23:39). Esta realidad es reconocida por los traductores de la versión Reina-Valera y de la versión Dios Habla Hoy (Véase “Sábado” o “Día de Reposo” en el Glosario que aparece al final de algunas de estas versiones).

Una prueba adicional que confirma que Pablo se refería a estos “sábados” y no al séptimo día de la semana, es que él dice que estos días eran “sombra” de Jesucristo (Colosenses 2:16,17). Si usted lee con atención los capítulos 8, 9 y 10 de Hebreos, notará que allí se aplica esta expresión a los oficios del santuario judío (Hebreos 10:1; 8:5); se dice que las “comidas y bebidas” eran las ofrendas y los sacrificios (Hebreos 9:9,10); se explica que el día de expiación fue abolido (Hebreos 9:7-9) y se afirma que los holocaustos fueron quitados por el sacrificio de Cristo (Hebreos 10:1,8-10).

Comprendo, Señor. ¿Quieres decir, entonces, que el sábado del séptimo día aún sigue vigente para los cristianos de nuestros días?

Mi Hijo dijo: “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en sábado, porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:20,21).

Nota: La gran tribulación hace parte de los eventos finales de la historia de este mundo (Apocalipsis 7:13; Daniel 12:1,2), por lo tanto se está refiriendo a un evento que ha de suceder en nuestros días. El hecho de que Jesucristo nos pida que oremos para que el día de la huida no sea en sábado, es un indicio de que éste sigue siendo un día importante para él y que en las últimas generaciones sería guardado por sus hijos.

Si la Biblia enseña a guardar el sábado, ¿por qué, entonces, hoy día se observa el domingo? ¿Quién hizo el cambio?

“Mientras yo contemplaba los cuernos, otro cuerno pequeño salió entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros. Este cuerno... pensará en cambiar los tiempos y la Ley” (Daniel 7:8,25).

Nota: Si desea conocer las evidencias que revelan la identidad del cuerno pequeño, lea el libro “En el umbral del fin del tiempo” el cual está disponible en Internet: www.evangelioeterno.com

Tengo entendido que el cuerno pequeño de Daniel 7 es la Iglesia Romana. ¿Quieres decir tú, Señor, que ella pensaría en cambiar la ley de Dios?

“Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la Ley” (Haggeo 2:11).

Está bien Señor, les haré dos preguntas:

- Primera: ¿Crée la Iglesia Católica que tiene poder para cambiar la Ley de Dios?

“Si no tuviera tal poder…no podría haber reemplazado la observancia del sábado, séptimo de la semana, por la observancia del domingo, primer día de la semana, un cambio para el cual no existe autoridad bíblica” (P. Esteban Keenan, Doctrinal Catechism, pág. 174).

- Segunda: ¿Específicamente, qué personas hicieron el cambio y en qué fecha?

“Durante los tres primeros siglos el domingo fue un día de trabajo como cualquier otro... Tan sólo en el año 321, por decreto del emperador Constantino, el domingo se convirtió en día de descanso” (P. Vincent Ryan, El domingo, día del Señor, pág. 91, Ediciones Paulinas, 1986).

“Todo lo que estaba prescrito para el sábado nosotros lo trasladamos al domingo... En ese día, que es... el primero, el del verdadero sol” (Eusebio de Cesarea, Comm. In Ps. 91: PG 23, 1172. Citado en El domingo fiesta de los cristianos, pág. 86, Julián López Martín. Biblioteca de Autores Cristianos. Lic. del Obispado de Zamora, España. 1991).

Nota: El obispo Eusebio de Cesarea (265-340 d.C.) era amigo íntimo de Constantino y fue él quien, basado en la tradición y algunos escritos de Justino y San Ignacio de Antioquía, le animó a exaltar el domingo como día de reposo.

Algunos años después (364 d.C.) la Iglesia, no contenta con la sóla imposición del domingo, intentó abolir el sábado decretando que todos aquellos que siguieran negándose a trabajar en ese día, serían excluidos de Cristo (Canon 29 del Concilio de Laodicea).

Señor, muchos argumentan que tú le diste potestad a Pedro y a sus sucesores para atar y desatar tus leyes y ordenanzas. ¿No hace esto válida la ley del domingo?

Pedro dijo: “Habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras... Y muchos seguirán su libertinaje, y por causa de ellos, el camino de la verdad será blasfemado” (2 Pedro 2:1-3).

Pero podría ser que ellos lo hicieran con el propósito de honrar el día de la resurrección de tu Hijo amado. ¿Quieres decir que no estás de acuerdo con sus buenas intenciones?

“En vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres” (Mateo 15:9).

Nota: La observancia del domingo tiene su verdadero origen en el culto al dios sol y fue observado por los paganos muchos siglos antes del nacimiento de Cristo (E. Royston Pike, Diccionario de religiones, pág. 322). El Sacerdote Jesuita Juan M. Pacheco reconoce: “Constantino... veneraba al Sol invicto…, ‘dios único y supremo’. Sus soldados recitaban el domingo, día de la luz y del sol, una oración al astro sin rival” (Historia de la Iglesia, pág. 51, Bedout).

¿Cómo puede ser que estén equivocados los miles de millones de personas que hoy día observan el domingo?

“Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella” (Mateo 7:13).

Nota: Dentro del profeso grupo de creyentes de todos los tiempos, siempre ha existido la tendencia de la mayoría a inclinarse por el error (Véase 1 Corintios 10:2,5 y 1 Reyes 18:22,25).

Que una creencia sea sostenida por la mayoría nunca ha sido, ni será, prueba de su legitimidad.

Señor, muchos de ellos son hombres sinceros y conocedores de las Escrituras.  ¿No es eso garantía de que todo lo que enseñan es correcto?

“Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, hombre elocuente, poderoso en las Escrituras. Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solo conocía el bautismo de Juan. Comenzó, pues, a hablar con valentía en la sinagoga; pero cuando lo oyeron Priscila y Aquila, lo tomaron aparte y le expusieron con más exactitud el camino de Dios” (Hechos 18:24-26).

Señor, eso puede ser cierto, pero mira el caso del Dr. _____. Él fue instruido en un seminario teológico; domina el hebreo, el griego y el latín. ¿No es su conocimiento una garantía de que todas sus enseñanzas son correctas?

“Vinieron, pues, a Jerusalén, y entrando Jesús en el Templo comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el Templo… Lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarlo, porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina” (Marcos 11:15,18).

Nota: Los escribas y los sacerdotes eran personas muy conocedoras de la Biblia y de sus idiomas originales, pero no estuvieron dispuestos a aceptar todas las enseñanzas de Jesucristo. La Teología es hermosa y útil, pero sólo si está acompañada de un sincero deseo de conocer y aceptar la voluntad de Dios.

Discúlpame Señor si insisto en lo mismo, pero no puedo creer que mis hermanos en la fe, que te conocen, pudieran estar equivocados.

El que dice: ‘Yo lo conozco’, pero no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso y la verdad no está en él. Pero el que guarda su palabra, en ese verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado” (1 Juan 2:4,5).

¿Acaso no es suficiente conque te amemos y vivamos de acuerdo con la ley de amor?

“Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15).

¿Realmente te refieres a los Diez Mandamientos?

No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo’. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la Ley es el amor” (Romanos 13:9,10).

Yo sé que el sábado es uno de los Diez Mandamientos (Éxodo 20:8-11), mas no creo que sea tan importante.

Porque cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos, pues el que dijo: ‘No cometerás adulterio’, también ha dicho: ‘No matarás’. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la Ley. Así hablad y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad” (Santiago 2:10-12).

¿Juzgados por la Ley? ¿Quieres decir que si no guardo el sábado seré condenado en el día del juicio?

“Todos los que sin la Ley han pecado, sin la Ley también perecerán; y todos los que bajo la Ley han pecado, por la Ley serán juzgados” (Romanos 2:12).

¿Significa esto que mi salvación depende de la obediencia a este mandato sabático?

“Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” (Mateo 19:17).

¿Pero, acaso la salvación no es por gracia?

Pablo enseñó: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe, pues somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas”. “Pues no son los oidores de la Ley los justos ante Dios, sino que los que obedecen la Ley serán justificados(Efesios 2:8-10; Romanos 2:13).

Nota: La salvación es un don gratuito que se recibe por la fe, pero todo aquél que verdaderamente ha recibido a Cristo en su corazón demostrará que su fe es genuina mediante la obediencia a la Ley de Dios. Si bien es cierto que nadie será salvo por sus buenas obras, también es cierto que nadie será salvo sin buenas obras.

Sin embargo Pablo dijo, también, que el ministerio de muerte escrito en tablas de piedra pereció y que ahora estamos bajo un nuevo pacto en el Espíritu. ¿No significa esto que ya no debemos guardar tu Ley?

Vienen días, dice Jehová, en los cuales haré un nuevo pacto con la casa de Israel... Pondré mi ley en su mente y la escribiré en su corazón; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”. “Os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Quitaré de vosotros el corazón de piedra y os daré un corazón de carne. Pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis estatutos y que guardéis mis preceptos y los pongáis por obra” (Jeremías 31:31,33; Ezequiel 36:26-27).

Pero Señor, la Biblia afirma que Jesucristo es nuestro verdadero reposo. ¿No basta, acaso, con permanecer en él todos los días?

El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo”. “Jesús... vino a Nazaret, donde se había criado; y el sábado entró en la sinagoga, conforme a su costumbre” (1 Juan 2:6; Lucas 4:14-16).

Pero Juan afirmó que él, en sus encuentros con los judíos, quebrantaba el sábado.

“¿No habéis leído en la Ley cómo en sábado los sacerdotes en el Templo profanan el sábado, y son sin culpa?” (Mateo 12:5).

Nota: Existe sólo un tipo de “transgresión” del sábado que el cielo aprueba. Éste consiste en trabajar incansablemente en ese día para llevar la verdad de las Escrituras a aquellos que perecen en la ignorancia, y en aliviar el dolor de los enfermos (vers. 12).

Todavía no entiendo por qué insistes con este asunto del sábado, Señor. ¿Acaso no es el primer día, tan bueno como el séptimo?

Bendijo Dios el séptimo día y lo santificó” (Génesis 2:3). “Tú, Jehová, la has bendecido, y bendita será para siempre” (1 Crónicas 17:27).

A mí me parece que si observo un día de cada siete, sin preocuparme de que sea uno en particular, esto debe ser suficiente.

“¿Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandamientos y mis leyes?”. “Hay camino que al hombre le parece derecho, pero es camino que lleva a la muerte” (Éxodo 16:28; Proverbios 16:25).

¡Pero, Señor! ¿No puedo actuar de alguna otra manera? ¿No me llevará al cielo la fe que profeso?

“No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21).

Sin embargo, continuamente estoy orando.

“Si alguno no quiere atender la ley de Dios, tampoco Dios soportará sus oraciones” (Proverbios 28:9 versión Dios Habla Hoy).

Señor, mira a la gente que obra milagros en tu nombre. Algunos sanan enfermos, otros hablan en lenguas y hacen maravillas; sin embargo, no guardan el sábado.

“Muchos me dirán en aquel día: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?’. Entonces les declararé: ‘Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, hacedores de maldad!’” (Mateo 7:22,23).

Bien, reconozco que el sábado es el día correcto, pero me perjudicaría económicamente si lo guardara. ¡Además, me sería un obstáculo para progresar!

“¿De qué le aprovechará al hombre ganar todo el mundo, si pierde su alma?” (Marcos 8:36).

Bien, en cuanto a mí mismo, no me preocupo; pero ¿qué dices de mi familia? ¿No sería mejor trabajar el sábado, que dejarla pasar necesidades?

“No os angustiéis, pues, diciendo: ‘¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?’… vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. “Mirad que Jehová os dio el sábado, y por eso en el sexto día os da pan para dos días” (Mateo 6:32,33 versión Reina-Valera 1960; Éxodo 16:29).

Y si esto trajera como consecuencia conflicto y división entre nosotros, ¿no sería preferible seguir aceptando el domingo y vivir en paz?

“El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí”. “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo” (Mateo 10:37,38; Lucas 14:33).

Mis dirigentes religiosos no estarán de acuerdo conmigo y hablarán mal de mí, tildándome de legalista o judaizante.

“¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros!, porque así hacían sus padres con los falsos profetas”. “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres” (Lucas 6:26; Hechos 5:29).

Mis amigos y conocidos se burlarán de mí y me ridiculizarán.

“Bienaventurados seréis cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestra recompensa es grande en los cielos” (Mateo 5:11,12).

Temo que no sería capaz de soportar todas estas pruebas. Soy demasiado débil.

“Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:9).

¿Cuál será mi recompensa por ser fiel a tí en este asunto del sábado?

“Si retraes del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamas ‘delicia’, ‘santo’, ‘glorioso de Jehová’, y lo veneras, no andando en tus propios caminos ni buscando tu voluntad ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová. Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra y te daré a comer la heredad de tu padre Jacob. La boca de Jehová lo ha hablado” (Isaías 58:13,14).

Señor, yo anhelo heredar la tierra renovada. ¿Se guardará el sábado allí también?

“Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de mes en mes, y de sábado en sábado, vendrán todos a adorar delante de mí, dice Jehová” (Isaías 66:22,23).

¿Has fijado algún tiempo específico para el inicio y el fin de cada sábado?

“De tarde a tarde guardaréis vuestro sábado” “...por la tarde, a la puesta de sol...” (Levítico 23:32 versión Nueva Reina-Valera 1990; Deuteronomio 16:6).

Nota: Génesis 1:14 dice que el sol fue colocado como señal para saber en qué momento comienza el día. El verso 19 indica que ese momento es la llegada de la tarde (puesta de sol) y no la medianoche. Las versiones Reina-Valera y Dios Habla Hoy, en sus respectivos Glosarios, reconocen: “Los hebreos contaban el día de reposo desde la puesta de sol del viernes hasta la puesta de sol del sábado”; y el índice doctrinal de la versión Nacar-Colunga dice: “Sábado, día séptimo de la semana... comienza con la puesta de sol del día precedente”.

Una última inquietud, Señor: ¿Tienes alguna iglesia en esta tierra, que enseñe a guardar tu día santo y que a la vez te ame de todo corazón?

“En medio del cielo vi volar otro ángel que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los habitantes de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo. Decía a gran voz: «¡Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. Adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas!».... Aquí está la perseverancia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús” (Apocalipsis 14:6,7,12).

Nota: Este pasaje revela las características de la Iglesia que ha de predicar el verdadero evangelio eterno al mundo, justo antes del fin: Guarda los mandamientos de Dios  y confía en el poder de Jesús. Entre estos mandamientos se incluye el sábado, pues la frase “adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” es tomado directamente del mandamiento, el cual se halla registrado en Éxodo 20:11.

El Señor le invita hoy a unirse al pueblo que lo ama y guarda sus mandamientos. Solicite un estudio bíblico en la Iglesia Adventista del Séptimo Día más cercana.

Pues entonces, mi Creador, sea hecha tu voluntad en la tierra así como en el cielo. De ahora en adelante, y con tu ayuda, guardaré el día de reposo que tú has provisto para el hombre.

“Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:21).

 

Ellos admiten la verdad

Iglesia Católica:En la nueva ley se guarda el domingo en lugar del sábado, no en virtud de un mandato divino, sino por una constitución eclesiástica” (Santo Tomás de Aquino, Summa Th. II-II q.122 a.4. Citado en El domingo fiesta de los cristianos, pág. 148, Julián López Martín. BAC).

Iglesia Bautista: “Se dirá, sin embargo, y con cierto aire de triunfo, que el sábado fue transferido del séptimo al primer día de la semana... ¿Dónde puede hallarse registrada esta transferencia? No en el Nuevo Testamento, absolutamente no” (Dr. E. T. Hiscox, autor del Baptist Manual).

Iglesia Presbiteriana: “No existe ni la más mínima evidencia de que nuestro Señor o sus discípulos respetaran o enseñaran a otros a respetar el primer día de la semana” (Rev. Fraser).

Iglesia Congregacional: “Es completamente claro que, por rígida o devotamente que pasemos el domingo, no estamos observando el sábado” (Dr. R. W. Dale, en Ten Commandments, pág. 106).

Iglesia Metodista: “Sábado, en el lenguaje hebreo, significa descanso, y es el séptimo día de la semana,... debe confesarse que no existe ley en el Nuevo Testamento concerniente al primer día” (Diccionario Teológico de Buck).

Iglesia Anglicana: “La razón por la cual nosotros santificamos el primer día de la semana en lugar del séptimo es la misma razón por la cual observamos muchas otras cosas, no por prescripción de la Biblia, sino de la Iglesia” (Isaac Williams, Plain Sermons on the Cathechism, tomo 1, págs. 334,336).

Iglesia Luterana: “No existe un mandamiento en la Biblia que ordene observar el domingo como día de descanso... ¿Por qué se guarda el domingo?... Si me decís: ‘Lo provisto para el sábado es transferido al domingo’, entonces os desafío a mostrarme un solo pasaje, una sola palabra de la Biblia, que lo pruebe” (Rev. H. Bielenberg).

05

 


5
Un Dialogo con Dios Acerca del Fin del Mundo

Señor, he oído muchos rumores acerca del fin del mundo; algunos dicen que el sol lo quemará; otros, que lo destruirá la fisión o la colisión con alguna estrella errante. ¿Qué dices tú?

“Generación va y generación viene; más la tierra siem­pre permanece Eclesiastés 1:4.

Me siento aliviado al oír eso. ¿Continuará el mundo en su estado actual por toda la eternidad?

“El día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual… la tierra y las obras que en ella hay serán quema­das”. 2 S. Pedro 3:10.

Señor, si la tierra va a ser quemada, ¿cómo podrá continuar para siempre? ¿No es ésta una contradicción?

“Y los elementos ardiendo serán deshechos… Pero noso­tros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia”. 2 S. Pedro 3:10, 13.

Nota: El fuego no destruye la materia; simplemente modifica su forma. Dios volverá a crear un nuevo mundo a partir de los elementos del mundo actual. La palabra cielos que se usa aquí significa aire o atmósfera. Véanse Isaías 33:10. donde se mencionan lluvia y nieve que caen “de los cielos”, y Apocalipsis 19:17, que se refiere a “las aves que vuelan en medio del cielo”. Este no es el “tercer cielo”, donde se dice que está el trono de Dios. (2 Corin­tios 12:1-4; Salmo 103:19, 1 Reyes 8:27).

¿Significa esto que se terminará la vida en este planeta?

‘Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que formó la tierra… no la creó en vano, para que fuese habitada la creó”. Isaías 25:18.

¿Quiénes habitarán la nueva tierra?

“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. Mateo 5:5 “Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella”. Salmo 37:29.

¿Vivirán todos los habitantes del mundo en la tierra renovada?

“No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”. S. Mateo 7:21.

Señor, ¿por qué planeas destruir el mundo y hacer uno nuevo?

“Y la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempiterno… por esta causa fueron consumidos los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres”. Isaías 24:5, 6. Nota: El fuego es un poderoso agente puri­ficador. El fuego del día final limpiará la tierra del pe­cado, y de los que aman el mal y lo perpetúan. De esto modo se eliminarán para siempre todas las penas, las enfermedades y los sufrimientos causados por el pecado.

Señor, cuando pienso en el fin del mundo, me lleno de temor. ¿Cómo podremos sobrevivir en medio de todo ese fuego?

“No se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, creed tam­bién en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a pre­parar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. S. Juan 14:1-3.

¿Dónde estás tú, Señor? Sé que hace unos dos mil años estabas en este mundo, pero ¿a dónde fuiste a preparar un lugar para nosotros?

‘‘Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó a la diestra de Dios”. S. Marcos 16:19.

Nota: Este es el “tercer cielo”, el lugar donde está el trono de Dios.

Cuando los salvados lleguen al cielo y a tu presencia, Señor, ¿recibirán alguna recompensa?

“Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en “los cielos”. S. Mateo 5:12. “Para una herencia incorrup­tible, incontaminada e inaccesible. reservada en los cielos para vosotros”. 1 S. Pedro 1:4.

¿Qué clase de lugar has preparado para tus hijos, en el cielo?

“Pero anhelaban una (herencia) mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad”. Hebreos 11:16. Nota: El nombre de la ciudad es Jerusalén la celes­tial (Hebreos 12:22). La hermosura, las maravillas y la realidad del ciclo se describen en el folleto “Un diálogo con Dios acerca de nuestro futuro”.

¡Señor, esto es maravilloso! ¿Cuándo puedo ir allá?

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de ar­cángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arre­batados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor”. 1 Tesalonicenses 4:16, 17.

No comprendo bien. Si cuando tú vuelvas nos llevarás al cielo, ¿cuándo viviremos en la tierra nueva?

“Los mansos heredarán la tierra Cuando sean destrui­dos los pecadores, lo verás”. Salmo 37:11. 34.

¿Por cuánto tiempo vivirán los redimidos contigo en el cielo antes de ser llevados a vivir a la nueva tierra?

“Y reinarán con él mil años”. Apocalipsis 20:4-6.

¿Qué sucederá al fin de los mil años? ¿Cuándo serán destruidos los malvados?

“Cuando los mil años se cumplan. Satanás será suelto de su prisión… Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego… Y el que no se halló inscrito en el li­bro de la vida fue lanzado al lago de fuego… Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la pri­mera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”. Apocalipsis 20:7, 10,15; 21: 1, 2.

Ahora bien, Señor; cuando tú vengas. ¿lo sabrá todo el mundo?

“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá”. Apocalipsis 1:7.

Alguien ha dicho que tu venida será secreta, y que te verán únicamente los que se salven. ¿Es esto cierto?

“Así que, si os dijeren: Mirad, está en… los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del orien­te y se muestra hasta el occidente, así será también la ve­nida del Hijo del hombre”. S. Mateo 24:26, 27. Nota: Es el “tiempo” y no la “manera” de la venida de Cristo, lo que constituye un secreto.

¿Serás tú real, tal como lo eras hace casi dos mil años, o es tu venida un acontecimiento espiritual que ocurre en el momento de la conversión o la muerte?

“Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cie­lo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Hechos 1:11. Nota: Jesús tenía un cuerpo real, de “carne y hue­sos”. Comió “parte de un pez asado, y un panal de miel”, después de su resurrección. (S. Lucas 24:36-51). Cuando vuelva, será tan real y visible como lo era entonces.

¿Constituye una doctrina nueva esta creencia en tu se­gunda venida?

“De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas docenas de millares”. S. Judas 1:24. Nota: La venida del Señor y la restauración del mundo perfecto han constituido la es­peranza del pueblo de Dios a través de los siglos. Escu­chemos el testimonio de algunos personajes bíblicos:

JOB: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a mi Dios; al cual veré por mi mis­mo, y mis ojos lo verán, y no otro, aunque mi corazón desfallece dentro de mí”. Job 19:25-27.

DAVID: “Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego con­sumirá delante de él, y tempestad poderosa le rodea­rá… Por cuanto Jehová habrá edificado a Sion, y en su gloria será visto”. Salmo 50-3; 102-16.

SAN PEDRO: “Y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado, a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca dc sus santos profe­tas que han sido desde tiempo antiguo”. Hechos 3:20, 21.

SAN PABLO: “Aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salva­dor Jesucristo”. Tito 2:13.

LOS ÁNGELES: “Este mismo Jesús, que ha sido tornado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. Hechos 1:11.

EL MISMO SEÑOR JESUS: “Vendré otra vez”. S. Juan 14:3.

Esta es verdaderamente una “esperanza bienaventurada”. Me gustaría saber el momento de tu venida, con el fin de asegurarme de que estaré listo.

“Pero el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre… Por tanto, también voso­tros estad preparados; porque el Hijo del hombre vendrá a la hora que no pensáis” S. Mateo 24:36, 44.

¿Podremos saber cuándo tu venida se acerca?

“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundi­das… desfalleciendo los hombres por el temor y la ex­pectación de las cosas comiencen a suceder, erguíos y le­vantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. S. Lucas 22:25-28.

¡Pero muchas de estas cosas sucedieron hace mas de cien años, y todavía no has venido!

En los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación”. 2 S. Pedro 3:3, 4.

Si, eso mismo es lo que dicen. ¿Cómo puedo contestar sus acusaciones?

“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande ga­lardón; porque os es necesaria la paciencia, para que ha­biendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”. Hebreos 10:35-37.

¿Existe algún acontecimiento definitivo que podamos to­mar como señal, algo que deba suceder poco antes de tu venida?

“Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. S. Mateo 24:14.

¿Seguramente, el fin debe estar muy cercano. ¿Cómo puedo asegurarme de que siempre estaré listo?

“Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra”. S. Lucas 21:34-36.

 

Pero, Señor, si dejo que la gente sepa, que estoy esperando tu segunda venida, temo que me ridiculizarán y me llama­rán anticuado.

“Porque el que se avergonzare de mi y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles”. S. Marcos 8: 38.

No me siento avergonzado de ti, Señor. Es que no deseo parecer tonto o ignorante. Hay muy pocos profesores y predicadores que creen en tu segunda venida.

“¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?… Pues mirad, hermanos, vues­tra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte”. 1 Corintios 1 :20, 26, 27.

Sí, Señor, eso es verdad. Pero tengo planes ambiciosos y temo que tu pronta venida me los pueda, desbaratar.

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a si mis­mo, y tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará el hom­bre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?” S. Mateo

Perdóname por dudar. No deseo perderme. Me pregunto cómo se sentirán los burladores cuando te vean venir.

“Entonces lamentarán todas las tribus., de la tierra. y ve­rán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”. S. Mateo 24 :30. “Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes. los po­derosos y todo siervo y todo libre se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes; y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros. y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie”. Apocalipsis 6:15 -27.

¿Qué sentimientos embargarán a los redimidos? ¿Cómo ac­tuarán ellos?

“Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado”. S. Juan 24:28. “‘Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra, porque Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, este es nues­tro Dios, lo hemos esperado, y nos salvará; este es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegrare­mos en su salvación”. Isaías 25:8, 9.

¡ Gracias, Señor, por la alegría y la esperanza que me has dado hoy!

“El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve”. Apocalipsis 22:20

 

 
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